El hijo mayor tiene todas la atención y amor de sus padres para él solito. Ese hijo recibe muchos besos, caricias, juegos, regalos, paseos, comidas de su gusto, etc., pero, cuando llega un hermanito a su vida es completamente natural que sienta celos de él, porque no quiere compartir todo lo que recibía de sus padres.
Cuando un niño tiene 3 años de edad, ya es capas de percibir que papá y mamá ponen su atención en alguien más, y lo interpreta como un competidor con el que debe luchar por la atención de sus padres, ya que el egoísmo es natural en esa etapa de su vida. El cambio en su vida es tan drástico, que el niño no puede asimilarlo, sin embargo, poco a poco tendrá que aprender a compartir el amor y atención de sus padres.
Para evitar berrinches y momentos desagradables para el hijo mayor, los padres deben aprender a ser justos y balanceados, es decir, lo que reciba uno lo debe recibir también el otro.
Una buena estrategia es hacer que el hijo mayor se sienta útil y se puede involucrar en la atención de su hermanito.
También se recomienda que el hijo mayor se involucre en actividades con niños de su edad, por ejemplo, yendo al parque, asistiendo a fiestas de cumpleaños, ya que ante todo somos seres sociables.
Sin embargo, si las cosas no funcionan bien y se salen de control, se debe de buscar ayuda especializada.