Francia y Gran Bretaña intercambiaron culpas después de que 27 personas murieran intentando cruzar el Canal de la Mancha en un bote neumático, el peor accidente de este tipo registrado en la vía navegable que separa a ambos países.

Con unas relaciones marcadas por años de tensión en torno al Brexit y la inmigración, gran parte de la atención se centró en quién debe asumir la responsabilidad, aunque ambas partes prometieron trabajar juntas para encontrar soluciones conjuntas.

“Hay una mala gestión de la inmigración en Gran Bretaña”, dijo el ministro francés del Interior, Gerald Darmanin, a la radio RTL, al tiempo que pidió a otros países europeos, que los migrantes cruzan en su camino a las costas francesas y luego a Gran Bretaña, que hagan más para ayudar.

“Es un problema internacional”, dijo Darmanin. Les decimos a nuestros amigos belgas, alemanes y británicos que deben ayudarnos a luchar contra los traficantes que trabajan a nivel internacional”. Uno de los contrabandistas detenidos durante la noche había comprado botes en Alemania, dijo.