Durante la etapa del noviazgo dos personas se conocen y viven muchas experiencias con las que pueden confirmar el amor que se tienen o definitivamente deciden que no son el uno para el otro.
Si el noviazgo da el paso al matrimonio, viene otro gran reto, ya que vivir juntos no es fácil, aunque al principio todo parezca un cuento de hadas.
A medida que transcurre el tiempo, es posible que los “pequeños” defectos que tenía el hombre empiecen a parecer “grandísimos” y la mujer cae en el error de querer cambiar a su pareja utilizando métodos que pueden acabar con la relación. Por ejemplo:
• Cuando se mudan juntos, el hombre puede olvidarse que son un equipo, deben apoyarse y también tiene la responsabilidad de ayudar en las labores del hogar y el cuidado de sus hijos. Si esto ocurre, empiezan las peleas, exigencias y reclamos.
• Las mujeres como una manera de presionar a su pareja, utilizan ultimátum y amenazas cuando ya sienten que la situación no la toleran más; en estos casos, el hombre puede tomarse en serio esas amenazas y se va.
• Algunas esposas usan críticas directas a su pareja cuando está molesta por algo que él hizo o dejó de hacer. Además, sigue insistiendo sobre el tema, hasta que logra “cansarlo” y con esto pasa: o la ignora o hace realidad lo que dijo su mujer que él hace sin tener pruebas.
• Un golpe muy grande para su orgullo y autoestima es compararlo con otro hombre de forma negativa, o si recibe desaprobación ya sea en público o en privado con mucha frecuencia. Esa no es la actitud de una esposa inteligente.