Los republicanos se preparan para cerrar el gobierno estadounidense el viernes, en el último intento del partido de frustrar los esfuerzos de la Casa Blanca por aumentar la aceptación de las vacunas, socavando los mandatos de vacunación en todo el país.

Crece el clamor entre algunos conservadores para que los senadores republicanos se opongan a un proyecto de ley de financiación provisional, que financiaría al gobierno durante las próximas semanas, a menos que los demócratas acepten no destinar dinero a la aplicación de un mandato de vacunación para las empresas más grandes de EE.UU.

Si los republicanos descontentos, entre los que se encuentra el senador Mike Lee, de Utah, tienen éxito, el gobierno se quedaría sin dinero el viernes y podría verse obligado a suspender a los trabajadores y cerrar algunos servicios federales.

La necesidad de imponer vacunas, que ha sido presentada por Joe Biden, ha cobrado una importancia adicional mientras Estados Unidos se prepara para el impacto de la variante del coronavirus Omicron.

El complot de la derecha se produce después de que algunos estados republicanos ya hayan intentado disminuir los mandatos, ampliando las prestaciones de desempleo para los empleados que han sido despedidos o han renunciado por la exigencia de vacunarse.