Los partidarios de la permanencia del Reino Unido pueden tener una migaja de consuelo mientras el primer ministro Boris Johnson, elegido con la promesa de “hacer el Brexit”, ve caer su apoyo en las encuestas tras una serie de escándalos.
Pero un año después de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, incluso los más fervientes partidarios de la UE aceptan que el divorcio fue tan completo que podría llevar años recuperar algo parecido a la relación con Europa que ellos considerarían aceptable.
Hace apenas dos años, los conservadores británicos podían presumir de haber creado el movimiento popular pro-UE más proactivo de Europa, movilizando a cientos de miles de personas para que se unieran a las manifestaciones callejeras y a millones más para que firmaran peticiones contra el Brexit.
Pero aunque las encuestas muestran que los partidarios de la permanencia siguen rechazando de forma abrumadora la lógica del Brexit, el balance post-mortem que esperaban que se produjera este año se ha visto ahogado por otros acontecimientos -principalmente la pandemia- y la turbulenta política interna británica.