Heridas emocionales difíciles de cicatrizar

Heridas emocionales difíciles de cicatrizar

Todos los seres humanos tenemos heridas emocionales que pueden haber sido causadas por nuestros padres de forma consciente o inconsciente.

A su vez, cuando nos convertimos en padres tratamos de darles lo mejor de nosotros a nuestros hijos, no solo en el aspecto material, sino que tratamos de proveerlos de herramientas para que sepan desenvolverse en el mundo cuando sean adultos. Sin embargo, no siempre sale bien y podemos lastimar a nuestros hijos y causarles heridas emocionales que los acompañarán por el resto de su vida. Por ejemplo:

Desatención

Si sus padres se separan o si viven juntos, pero no lo tienen en cuenta para nada, es decir, el niño es ignorado y desatendido, cuando crezca será un adulto con dificultades para tener relaciones duraderas y estables porque crece creyendo que no es lo suficientemente valioso para ser amado por alguien.

Humillación

Un niño que ha sido humillado se convertirá en un ser tímido o en un ser prepotente y su autoestima sufre un golpe muy fuerte. La burla y la humillación pueden venir de parte de sus amigos o compañeros, pero el impacto más grande ocurre cuando son sus propios padres quienes lo someten a situaciones humillantes o siente que se burlan o lo descalifican.

Injusticia

Si los padres no actúan equitativamente con todos sus hijos, uno de ellos puede crecer resentido porque piensa que sus padres prefieren a su hermano. Así, se convertirá en un adulto autoritario, perfeccionista y con poca capacidad de manejar sus emociones.

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