Jack Dorsey, el director ejecutivo de Twitter, luchó públicamente este mes con la cuestión de si su servicio de redes sociales había ejercido demasiado poder al cortar la cuenta de Donald J. Trump. Dorsey se preguntó en voz alta si la solución a ese desequilibrio de poder era una nueva tecnología inspirada en la criptomoneda Bitcoin.

Cuando YouTube y Facebook impidieron el acceso a decenas de miles de partidarios de Trump y supremacistas blancos este mes, muchos acudieron a aplicaciones alternativas como LBRY, Minds y Sessions. Lo que esos sitios tenían en común era que también estaban inspirados en el diseño de Bitcoin.

Los usuarios están encontrando formas de utilizar blockchain y otras tecnologías similares inspiradas en ellas, para crear redes sociales, almacenar contenidos en línea y alojar sitios web sin ninguna autoridad central a cargo. Esto hace que sea mucho más difícil para cualquier gobierno o empresa prohibir cuentas o eliminar contenidos.

Estos experimentos adquieren una nueva relevancia después de que las mayores empresas tecnológicas hayan ejercido recientemente su influencia de una forma que ha suscitado dudas sobre el alcance de su poder.