La señora Scott, que se divorció de Jeff Bezos en 2019, no presentó una nueva tecnología ni una start-up en 2021. Pero está regalando su fortuna de Amazon -que se estima que tiene un valor de más de 50 mil millones de dólares- a un ritmo que hace que otros filántropos tecnológicos parezcan nada.
Sólo en 2021 donó más de 6,000 millones de dólares a una serie de organizaciones benéficas, escuelas y programas sociales, una hazaña asombrosa para una persona que trabaja con un pequeño equipo de asesores. (A escala, toda la Fundación Gates repartió 5,800 millones de dólares en subvenciones directas en 2020).
Y a diferencia de otros donantes, que salpican sus nombres en edificios y alas de museos, la Sra. Scott anunció sus donaciones silenciosamente en una serie de discretas publicaciones en su blog.