Elon Musk, al igual que muchos ejecutivos de empresas de Wall Street, apenas tiene un sueldo fijo, pero cobra pagos millonarios en forma de opciones sobre acciones. Esto ha hecho que se critique su baja tributación en los últimos años, ya que el empresario no pagó impuestos federales en 2018.

Actualmente, el panorama parece haber cambiado para el empresario. El propio multimillonario presumió en las redes sociales de su factura fiscal para 2021: una suma de casi 11,000 millones de dólares en impuestos este año.

Esta cantidad está batiendo récords en el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos, ya que es una de las mayores facturas de impuestos de la historia. Musk ha ejercido casi 15 millones de opciones de compra de acciones desde principios de noviembre, vendiendo un total de 1.85 millones de ellas sólo la semana pasada por 1,772 millones de dólares para cubrir los impuestos de esas transacciones, según documentos de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC).

Musk podría haber esperado hasta 2022 para liquidar su obligación correspondiente, pero ha querido evitar el riesgo de pagar más (8 puntos porcentuales) debido a un proyecto de ley llamado “Build Back Better” que podría estar en marcha si los demócratas del Congreso y la administración Biden lo aprueban.

En la actualidad, parece poco probable que se apruebe este proyecto de ley, pero la persona más rica del mundo decidió ceñirse a su plan de transacciones predeterminado y evitar así futuras sorpresas, como una factura fiscal más elevada que la actual.