Aunque para muchos este año 2021 prácticamente se terminó y ya no hay más que podría sorprendernos, pues resulta que al parecer “el año viejo” se rehúsa a morir y aún nos tiene reservadas sorpresas, algunas gratas y otras no tanto, pero definitivamente siempre el saber que un gran ídolo se encuentra interno en el nosocomio y que ingresa a quirófano, hace que la piel se estremezca. Y es que aún no nos reponemos de la partida de Vicente Fernández que inició precisamente con su ingreso al hospital, pero afortunadamente esta vez al parecer no hay de qué preocuparse.
Sin duda estos meses han estado marcados por una intensa lucha por parte de un “guerrero sinaloense” para recuperar su salud y su vida. Julio Preciado ha enfrentado diversas crisis, distintos procedimientos e intensos cambios, tras someterse al trasplante de riñón, además ha perdido mucho peso, más que por una cuestión estética, esto ha sido derivado de los tratamientos que ha recibido y el cambio drástico de hábitos que ha tenido que tomar. Y es precisamente relacionado con esto, el motivo de que hoy se encuentre rodeado una vez más de médicos y enfermeras.
Resulta que el cantante tomó la decisión de realizarse una pequeña cirugía facial para modificar sus párpados caídos y su cuello, y no es que se esté convirtiendo en un “metrosexual”, él mismo afirma no es por vanidad, pero el exceso de piel que ha quedado tras las dietas, lo hace ver enfermo cuando no lo está: “Si Dios quiere en abril del siguiente año, continuaré con otras partes de mi cuerpo porque he bajado más de 35 kilos y se está resintiendo”.
Y aunque dicen que toda operación lleva un riesgo, los médicos indicaron que se encuentra perfecto para la blefaroplastía y el levantamiento de cuello, más tarde informó que todo se realizó sin ninguna complicación, pues además sus médicos de cabecera que residen en Guadalajara, se trasladaron a Mazatlán para estar pendientes por si sucedía cualquier problema inesperado.
Pero además todo esto lleva detrás una noble causa, pues la piel sobrante será donada a niños que han padecido quemaduras, lo que en definitiva es más que plausible pues es un acto enorme de amor del que muchos deberían de aprender.