Una cura olvidada para la soledad

Una cura olvidada para la soledad

La ciencia nos dice que la solución puede estar en lo que hacemos por los demás, no por nosotros mismos.

Mucho antes de que una pandemia mundial nos alejara de nuestros seres queridos, y de que la variante Ómicron amenazara con trastocar los planes navideños, los expertos advertían de “una epidemia de soledad” en Estados Unidos.

Tres de cada cinco estadounidenses encuestados en 2019 declararon sentirse solos, lo que los investigadores atribuyeron a una serie de factores, como la falta de apoyo social, las interacciones sociales significativas poco frecuentes, la mala salud física y mental y el desequilibrio en las actividades diarias. Además, casi una cuarta parte de las personas de 65 años o más se consideran socialmente aisladas, según el estudio National Health and Aging Trends Study.

La soledad suele ser el resultado de una soledad no deseada. Pero también se debe a una discrepancia entre cómo percibes tus relaciones y lo que quieres (o esperas) de ellas. Esa desconexión es la razón por la que puedes estar rodeado de tu familia en Navidad y seguir sintiéndote un extraño.

¿Una posible cura? La amabilidad hacia los demás. Algo tan sencillo como el voluntariado puede mejorar nuestra salud, aliviar la sensación de soledad y ampliar nuestras redes sociales, según sugieren los estudios. Las oportunidades de retribución -tanto en persona como virtualmente- son más comunes que el año pasado, y la necesidad de voluntarios no ha disminuido, especialmente en los comedores sociales.

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