Los profesores de Chicago, el tercer distrito escolar más grande del país, votaron a última hora del martes el cambio a la enseñanza a distancia, y los dirigentes de la ciudad reaccionaron cancelando las clases el miércoles para la mayoría de los 330,000 alumnos del distrito.

El Sindicato de Profesores de Chicago votó a favor de interrumpir el aprendizaje en persona y trabajar a distancia hasta el 18 de enero, o hasta que los casos de COVID-19 caigan por debajo de un umbral determinado.

El sindicato, que cuenta con unos 25,000 miembros, también exige al distrito que los alumnos y el personal den negativo en las pruebas antes de volver a la escuela.

La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, dijo que la votación constituía una “acción laboral ilegal”, y el director general de las Escuelas Públicas de Chicago, Pedro Martínez, la describió como un “paro”. Los profesores que no se presenten no cobrarán, dijo Lightfoot.

Los edificios escolares estarán abiertos el miércoles y proporcionarán servicios esenciales, como las comidas y las pruebas COVID-19, dijo Martínez. Pero no estaba inmediatamente claro cuántos profesores se presentarán en persona.