Los niños pequeños están descubriendo armas bajo montones de ropa y entre los cojines del sofá. Los adolescentes están obteniendo armas fantasma imposibles de rastrear hechas con kits. Los estudiantes de secundaria llevan pistolas para protegerse.
El número de niños y adolescentes muertos por disparos ha aumentado considerablemente durante la pandemia de coronavirus. Los investigadores describen el aumento como una consecuencia fatal del incremento de las tasas de homicidio en todo el país, de los traumas no tratados de Covid-19 y de la oleada de compra de armas de la pandemia, que está poniendo a más niños en contacto directo con las armas, tanto como víctimas como como portadores de las mismas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron que la tasa de muertes por armas de fuego de niños de 14 años o menos aumentó aproximadamente un 50% desde finales de 2019 hasta finales de 2020.
Y parece que se agravó el año pasado. Más de 1,500 niños y adolescentes menores de 18 años murieron en homicidios y disparos accidentales el año pasado, en comparación con unos 1,380 en 2020, según el Gun Violence Archive, una base de datos de origen público que rastrea las muertes por armas de fuego en tiempo real antes de los recuentos oficiales del gobierno.