Toyota Motor desbancó a General Motors como el fabricante de automóviles más vendido en Estados Unidos el año pasado, convirtiéndose en el primer fabricante con sede fuera del país en lograr esa hazaña en los casi 120 años de historia de la industria.
Las ventas de coches nuevos se han visto mermadas por una grave escasez de chips informáticos que ha obligado a los fabricantes de automóviles a paralizar las plantas, a pesar de que la demanda de coches ha sido increíblemente robusta.
G.M., Ford Motor y Stellantis, el fabricante de automóviles creado por la fusión de Fiat Chrysler y Peugeot, produjeron y vendieron menos coches de los que esperaban en 2021 porque se vieron muy afectados por la escasez de chips. Toyota no se vio tan perjudicada.
Además de esa escasez, la pandemia de coronavirus y los problemas relacionados con la cadena de suministro deprimieron las ventas al tiempo que hacían subir los precios de los coches nuevos y usados, a veces hasta alturas vertiginosas. Los fabricantes de automóviles vendieron algo menos de 15 millones de vehículos nuevos en 2021, según las estimaciones de Cox Automotive, que hace un seguimiento del sector. Eso es un 2.5% más que en 2020, pero muy por debajo de los 17 millones de vehículos que la industria solía vender en un año antes de que la pandemia se afianzara.