Ocurre que un hombre es infiel y se siente feliz con su amante porque se siente poderoso, afortunado, inteligente, buen amante y muchas cualidades más, pero tarde que temprano se empieza a cuestionar y a sentirse mal por haber perdido a su pareja oficial y de paso haber destruido la familia que había construido.
Un hombre infiel, inicialmente no piensa en lo negativo, sino que simplemente se deja llevar por la emoción momentánea y no logra visualizar su situación futura; está interesado en obtener satisfacción inmediata y sentir que otra mujer si lo entiende de verdad. Cuando despiertan de esa ilusión, se dan cuenta que perdió algo muy valioso por solo unos momentos de placer.
Cuando un hombre se arrepiente de ser infiel, también se da cuenta que:
• Si ese hombre se va con su amante y conviven, comienza a detectar cómo es en realidad su amante y que no es tan “perfecta” ni tan “especial” como él creía. Esto ocurre porque no es lo mismo verse y compartir por unas horas a la semana que convivir bajo el mismo techo 24/7.
• Para la amante ese hombre también es una aventura y cuando se aburre, simplemente se desahoga en otros brazos, poniéndole los cuernos al infiel; en esos momentos entiende que cambió una familia que lo amaba por una mujer que solo quería jugar con él.
• Deja de ver a sus hijos con la misma frecuencia de antes por lo que empieza a perderse de los momentos especiales de los niños; además, que para sus hijos él deja de ser tan importante y pierde autoridad ante ellos.