En gran parte de Occidente, los muros se cierran sobre los antivacunas

En gran parte de Occidente, los muros se cierran sobre los antivacunas

Puede que los gobernadores republicanos de Estados Unidos defiendan la causa de los resistentes a las vacunas y demanden para detener los mandatos impuestos por la administración Biden. Pero en otros lugares de Occidente, los que no se vacunan se convierten cada vez más en personas no gratas.

La variante ómicron está provocando algunas de las tasas de infección más altas de la pandemia, y la creciente frustración de la mayoría vacunada en Occidente contra su minoría no vacunada está alcanzando un punto de inflexión en algunos países. Los estudios sugieren que el ómicron causa síntomas más leves. Aun así, se está culpando a los no vacunados -al menos a los que no tienen razones médicas válidas- de sobrecargar los hospitales poniéndose ellos mismos, y la sociedad, en peligro.

Compárese con la postura del presidente francés Emmanuel Macron, que la semana pasada prometió, en un lenguaje poco incisivo, convertir la vida de los no vacunados en un infierno.

Por una abrumadora mayoría de 214 votos a favor y 93 en contra, el Parlamento francés aprobó su propuesta de eliminar una laguna jurídica que permitía a los no vacunados eludir las restricciones sanitarias francesas para comer en los cafés, viajar en tren e ir al cine presentando una prueba de coronavirus negativa.

Al otro lado del mundo, el primer ministro de Australia pareció tomar la misma decisión política que Macron: que vale la pena condenar al ostracismo a los no vacunados.

Cada vez más, Occidente premia a los vacunados, mientras mantiene las cargas relacionadas con la pandemia para los no vacunados. La semana pasada, Bélgica optó por eliminar el requisito de que las personas totalmente vacunadas se auto-aíslen si entran en contacto con una persona infectada, pero los no vacunados deben seguir aislándose durante 10 días.

SOPORTE
CONTACTANOS

© 2025 All Rights Reserved.