Este es el mayor aumento porcentual en más de seis décadas.

Esos asesinatos provocaron la muerte de miles de estadounidenses más, y devolvieron a Estados Unidos a tasas de homicidio que no se veían desde mediados de la década de 1990.

Los efectos se sienten de forma desigual en todo el país. Los tiroteos se concentran históricamente en comunidades empobrecidas y minoritarias. En una ciudad típica de Estados Unidos, un pequeño segmento de vecindarios es responsable de la mayor parte de la violencia.

La mayoría de las víctimas de homicidios son negros. Y los estadounidenses de raza negra tenían ocho veces más probabilidades de ser víctimas de asesinato en 2020 que sus homólogos blancos.

En las comunidades más afectadas, la violencia armada es tan común que se ha convertido en parte de la vida. “Oigo disparos todos los días”, dijo Ángela Hernández-Sutton, que vive en el West Side de Chicago. “Sólo escucho de dónde vienen, y luego me muevo a la parte delantera o trasera de la casa”.

La violencia sigue siendo un grave ejemplo de la desigualdad racial en EE.UU. Tenemos soluciones reales, con pruebas sólidas, para hacer frente al problema, dicen los expertos. Pero esas soluciones necesitan el apoyo del público y de los legisladores para llegar a alguna parte.