El sexo puede decaer en nuestras últimas décadas. Pero para los que siguen adelante, puede ser lo mejor de sus vidas.

En un estudio realizado en 2007 por el New England Journal of Medicine sobre una muestra representativa de la población estadounidense, la Dra. Stacy Tessler Lindau y sus colegas encuestaron a más de 3,000 adultos mayores, solteros y en pareja, sobre las relaciones sexuales. Descubrieron que el 53% de los participantes de entre 65 y 74 años había tenido relaciones sexuales al menos una vez en el año anterior. En el grupo de 75 a 85 años, sólo el 26% lo hizo. En cambio, entre las personas de 57 a 64 años, el 73% tuvo relaciones sexuales al menos una vez en el año anterior.

Existe una conmovedora paradoja sobre las personas mayores y el sexo. A medida que nuestro mundo se hace más pequeño tendemos a tener más tiempo e inclinación para saborear las partes de nuestras vidas que son emocionalmente significativas, lo que puede incluir el sexo. Pero como los cuerpos cambian, el buen sexo en la vejez a menudo necesita ser re-imaginado, ampliándose, por ejemplo, para incluir más caricias, besos, masajes eróticos, sexo oral, juguetes sexuales.

En el estudio del New England Journal of Medicine, aunque poco más de una cuarta parte de los participantes de entre 75 y 85 años afirmaron haber mantenido relaciones sexuales en el último año, más de la mitad de ese grupo lo hacía al menos dos o tres veces al mes. Y casi una cuarta parte de los que mantenían relaciones sexuales lo hacían una vez a la semana, o más.

Además del placer, pueden estar obteniendo beneficios relacionados con el sexo: un sistema inmunitario más fuerte, una mejor función cognitiva, salud cardiovascular en las mujeres y menores probabilidades de padecer cáncer de próstata en los hombres. Y las investigaciones y el sentido común, sugieren también que el sexo mejora el sueño, reduce el estrés y cultiva la intimidad emocional.