Los proveedores de servicios de aborto sufrieron ayer un nuevo revés después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazara el último intento de bloquear la prohibición del aborto de seis semanas en Texas.

La controvertida ley, que pone fin a la mayoría de los abortos en el segundo estado más grande del país, ha estado en vigor durante cinco meses.

El mes pasado, el Tribunal Supremo permitió que la controvertida ley siguiera en vigor, pero despejó un camino limitado para que los proveedores demandaran a un puñado de funcionarios encargados de conceder licencias en Texas con el fin de impedir que aplicaran la ley.

El fallo del tribunal fue un golpe devastador para los partidarios del derecho al aborto, que esperaban que los jueces bloquearan la ley por completo.

En su lugar, el caso fue devuelto al conservador Tribunal de Apelaciones del 5º Circuito de EE.UU.