Muchas de las películas más importantes del año pasado han puesto a prueba la capacidad de atención del público -y su vejiga- con duraciones que se acercan a las tres horas.
Por ejemplo, “Spider-Man: No Way Home”, que duró 2 horas y 28 minutos, y la primera parte de “Dune”, que duró 2 horas y 35 minutos. La entrega del Universo Cinematográfico de Marvel “Eternals” duró 2 horas y 37 minutos, mientras que “No Time To Die” duró 2 horas y 43 minutos. La próxima película de Batman promete durar algo menos de 3 horas. Y para que no piense que el fenómeno se aplica sólo a las películas de acción y aventuras, considere la duración de los principales estrenos dramáticos del año pasado: “El rey Ricardo” (2 horas y 24 minutos), “West Side Story” (2 horas y 36 minutos) y “La casa de Gucci” (2 horas y 38 minutos).
A pesar de la queja porque las películas son demasiado largas, el público parece estar dispuesto a seguir el camino, pues muchas de las películas más taquilleras tienen una larga duración, y a juzgar por el éxito de “Vengadores: Endgame” y otras superproducciones de larga duración que le siguieron, los espectadores parecen no tener problemas para aguantar una película de tres horas, o al menos, su interés por la película parece superar cualquier queja sobre su duración.