El ex presidente Donald Trump rompía rutinariamente documentos, borradores y material de lectura, y también se llevó varias cajas a su finca de Florida después de dejar la Casa Blanca, lo que plantea preocupaciones sobre su preservación de los registros presidenciales, tal como lo exige la ley federal.
Tres ex funcionarios de la Casa Blanca dijeron a CNN que vieron a Trump, en numerosas ocasiones, destruir manualmente los documentos que ya no le interesaban o que había terminado de revisar.
Esta práctica hizo que la preservación de los registros presidenciales fuera extremadamente difícil para los secretarios del personal de la Casa Blanca, y es motivo de preocupación para los legisladores que investigan la conducta del ex presidente durante su mandato.
Según un funcionario de la Casa Blanca, Trump ignoró rotundamente las repetidas peticiones de al menos dos de sus jefes de personal para que dejara de destrozar el papel, diciendo que “le entraba por un oído y le salía por el otro”.