Era justo antes de Navidad, y Jean H. Toal, entonces presidenta del Tribunal Supremo de Carolina del Sur, estaba en un aprieto. Necesitaba una orden de emergencia, pero el tribunal de Columbia, la capital del estado, estaba vacío. Se sintió aliviada al contactar con alguien que le aseguró: “Jefa, lo tengo”.
Se trataba de J. Michelle Childs, entonces jueza del tribunal de circuito del estado que se había hecho un nombre como una de las más hábiles en el banquillo.
“En una hora volvió a verme y tenía una orden completa con notas a pie de página y todo”, recuerda la juez Toal, ya jubilada, sobre aquel día hace más de una docena de años. “Días después, dio a luz a su hijo. Así que estaba embarazada y fue justo en la época de Navidad, pero tenía su ética de trabajo a todo vapor, como siempre lo hizo”.
Este recuerdo resume la reputación de la jueza Childs, ahora jueza del Tribunal Federal de Distrito de Carolina del Sur, que ascendió a través de las filas de las escuelas estatales, el gobierno local y el sistema jurídico de Carolina del Sur hasta llegar a la corta lista de posibles candidatos al Tribunal Supremo del presidente Biden, que ha prometido nominar a una mujer negra para sustituir al juez Stephen G. Breyer.