Aunque los anuncios de la Super Bowl de este año han sido en su mayoría optimistas, varios han tocado el trasfondo de la tensión financiera.

En su anuncio, E-Trade trató de persuadir a su portavoz, ya retirado, para que volviera a comprar, explicando que los consumidores están “siendo aplastados por la inflación”.

El actor Ewan McGregor, en el anuncio de Expedia, rogaba a los espectadores que abandonaran su fijación con el gasto en “cosas” (al tiempo que les animaba a gastar en vacaciones).

Rocket Mortgage emitió un escenario de pesadilla para muchas personas que compran una casa, narrado por la actriz Anna Kendrick. Barbie intenta comprar la casa de sus sueños, pero se ve desbordada en un “mercado super-competido”.

Todo esto en un año en el que el espacio publicitario de la Super Bowl costaba hasta 7 millones de dólares por 30 segundos. En el año inaugural del juego, en 1967, el mismo espacio costaba tan sólo 37,500 dólares.