El plan exige una aplicación más estricta de las normas en el sistema de transporte, así como más servicios de salud mental y opciones de alojamiento para las personas expulsadas de las estaciones y los trenes.
El alcalde Eric Adams y la gobernadora Kathy Hochul anunciaron un agresivo plan para desplegar agentes de policía y trabajadores de salud mental en el metro de la ciudad de Nueva York, comprometiéndose a retirar a más de 1,000 personas sin hogar que se refugian allí con regularidad, algunas de las cuales han contribuido a la escalada de violencia y acoso en el sistema.
A partir del lunes, los funcionarios dijeron que habrá una política de tolerancia cero -aplicada por los cientos de agentes que ya patrullan el sistema- para las personas que duerman tiradas en los asientos del tren o en las estaciones, o para otras violaciones de las normas de conducta del metro, a menudo incumplidas, como tirar basura, tener un comportamiento indisciplinado y permanecer en una estación durante más de una hora.
Se incorporarán a los equipos de asistencia decenas de profesionales de la salud mental con capacidad para ordenar la hospitalización involuntaria de personas que consideren un peligro para sí mismas o para los demás.