El presidente ruso, Vladímir Putin, ha pedido a los militares ucranianos que tomen el relevo, asegurando que será “más fácil llegar a un acuerdo” con ellos para poner fin a la operación militar rusa iniciada el jueves.
“¡Tomen el poder en sus manos! Por lo visto con ustedes será más fácil llegar a un acuerdo que con esa banda de drogadictos y neonazis que se ha asentado en Kiev y tiene como rehén a todo el pueblo ucraniano”, indicó en una reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia.
El presidente defendió firmemente el ataque a Ucrania, diciendo que las tropas rusas actuaron con “valor, profesionalidad y heroísmo”. También señaló que Rusia estaba luchando contra los grupos nacionalistas “responsables del genocidio en el Donbass”.
Horas antes, el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, había pedido a Putin que se sentara a la mesa de negociaciones, una opción que el Kremlin no descartó de inmediato, pero a la que aún no ha dado una respuesta clara.
Zelesnki denunció que el objetivo del ataque era quitarle poder: “Soy el objetivo número uno del enemigo. Mi familia es la segunda. Quieren destruir políticamente a Ucrania destruyendo al jefe de Estado”.