Si ha empezado un nuevo régimen de ejercicio físico este año, lo más probable es que las calorías sean ahora una presencia significativa en su vida. El historiador Nick Cullather escribe que durante más de un siglo, la caloría ha sido una herramienta para la comprensión pública de la nutrición.

Cullather escribe que la prensa introdujo por primera vez la caloría en marzo de 1896, cuando el profesor de la Universidad de Wesleyan Wilbur O. Atwater encerró a un estudiante en una cámara hermética. A través de una esclusa, Atwater alimentó al “prisionero de la ciencia” con porciones exactamente medidas de filete, leche y puré de patatas. También controlaba sus periodos de ejercicio y su esfuerzo mental. El estudiante “estaba dentro de un calorímetro, un dispositivo utilizado anteriormente para medir la energía de combustión de explosivos y motores”, escribe Cullather. “Registró su ingesta de alimentos y la producción de trabajo en términos de energía térmica”.

Para los funcionarios del gobierno, la utilidad de la caloría fue inmediatamente clara. Podía ayudar a la gestión eficiente de la nutrición en prisiones, escuelas y los ejércitos.

Por supuesto, desde la perspectiva actual, utilizar la caloría como única medida del valor alimentario es claramente engañoso. “Las listas de Atwater clasificaban los cereales, la carne y los productos lácteos como importantes recursos nutricionales, mientras que las frutas, las verduras de hoja y el pescado registraban un valor nutricional tan escaso que apenas podían clasificarse como alimentos”, escribe Cullather.