Ni de Egipto, ni del desierto de Atacama en Chile. La momia más antigua del mundo fue encontrada en Europa, concretamente en Portugal.
Esta fue la conclusión a la que llegó un grupo de científicos el 3 de marzo del año pasado cuando publicaron un estudio en la revista European Journal of Archaeology en el que anunciaban el descubrimiento de la que podría ser la momia más antigua de la historia.
El punto de partida del estudio fueron unas fotografías tomadas por el arqueólogo portugués Manuel Farinha dos Santos, fallecido en 2001, durante unas excavaciones en el valle del Sado, en el sur de Portugal.
Con la ayuda de las imágenes, que utilizaron para identificar varios esqueletos en tumbas de hace 8,000 años, el grupo de investigación decidió volver a visitar los cementerios donde se tomaron las fotos.
Al hacerlo, se encontraron con resultados sorprendentes: Al menos un cadáver había sido momificado antes de ser enterrado. Esto significaría que esta momia tiene 8,000 años y, por lo tanto, es más antigua que las momias encontradas en Chile o Egipto, de las que hay registros de más de 4,500 años.
“Es posible que hayan sido momificados para facilitar su transporte antes de ser enterrados”, señalan los científicos de Peyroteo-Stjerna en su artículo publicado en el European Journal of Archaeology.
Según los investigadores, los huesos de uno de los esqueletos estaban “hiperflexionados”, lo que significa que los brazos y las piernas se habían movido más allá de sus límites naturales, lo que indica que el cuerpo había sido atado con ligaduras.
Además, los científicos descubrieron que los huesos del esqueleto seguían articulados después de la excavación, especialmente los del pie, que normalmente se deshacen por completo cuando un cadáver se descompone.