China está lidiando con su peor racha de infecciones por Covid-19 desde que el coronavirus apareció por primera vez hace más de dos años en el centro del país. Han surgido brotes sostenidos en dos tercios de las provincias del país, lo que ha llevado a dos de las mayores ciudades del país, Shenzhen y Shanghái, a imponer estrictas restricciones.

Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong que es el centro del sector tecnológico chino, anunció ayer un bloqueo de siete días. Todos los trabajadores no esenciales deben quedarse en casa, y los autobuses y trenes subterráneos están siendo detenidos.

Las escuelas de Shanghái cambiaron a la enseñanza en línea, y los cines, teatros y museos han cerrado.

La provincia nororiental de Jilin prohibió hoy a sus 24 millones de habitantes salir de la provincia o viajar entre ciudades.

Varias de las mayores ciudades fabriles de China han ordenado el cierre, deteniendo la producción de coches Toyota y teléfonos Apple.