La tendencia más caliente de 2022: el gasto militar

La tendencia más caliente de 2022: el gasto militar

La invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin ha dado un toque de atención a los países europeos que han dejado languidecer sus ejércitos.

Alemania ha anunciado que comprará 35 aviones de combate F-35 y 15 Euro-fighters para sustituir su flota geriátrica de aviones Tornado. Es el primer acuerdo importante del país desde que anunció el mes pasado una actualización radical de sus fuerzas armadas por valor de 112,000 millones de dólares.

Alemania, avergonzada por las atrocidades que cometió en la Segunda Guerra Mundial, lleva décadas desviando fondos de su ejército. Eso ha dado lugar a una asombrosa, y a veces cómica, falta de preparación: Durante un ejercicio militar en 2014, una unidad de tanques recurrió a usar palos de escoba en lugar de ametralladoras.

Esta falta de inversión no pasó desapercibida en EE UU, que se sintió como el amigo que siempre tiene que pagar la cuenta en la cena. El ex presidente Trump vapuleó repetidamente a los aliados de la OTAN, y a Alemania en particular, por no cumplir su compromiso de gastar el 2% del PIB en defensa.

Otros países europeos están haciendo lo mismo:

Suecia dijo que aumentaría el gasto militar hasta el 2% del PIB “lo antes posible”, alegando el empeoramiento de la situación de seguridad en la región.

Dinamarca pretende alcanzar el 2% del PIB en gastos de defensa para 2033. “Los tiempos históricos exigen decisiones históricas”, dijo la Primera Ministra danesa, Mette Frederiksen.

La guerra de Ucrania también ha cambiado la mentalidad en el Capitolio de Estados Unidos. Los demócratas reconocieron que el juego ha cambiado. La invasión rusa de Ucrania alteró fundamentalmente nuestra postura de seguridad nacional y lo que debe ser nuestra postura de defensa.

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