Cuando el presidente Barack Obama firmó la Ley de Asistencia Asequible (ACA) hace 12 años, se diseñó para reducir el coste del seguro de salud para las personas que cumplieran los requisitos y aumentar el número de estadounidenses con acceso a la asistencia sanitaria. Pero a pesar de la puesta en marcha de la ACA, que incluía una ampliación de la elegibilidad de Medicaid, la tasa de no asegurados entre los latinos sigue siendo más del doble que la de los blancos no latinos.
A través de entrevistas personales realizadas durante tres años, el nuevo libro del profesor de sociología de la Universidad de Chicago, Robert Vargas, “Uninsured in Chicago: How the Social Safety Net Leaves Latinos Behind” se adentra en lo que hace que los latinos se sientan excluidos del acceso a la atención sanitaria. Vargas siguió a 40 habitantes de Chicago, la mayoría de ellos latinos, mientras aprendían sobre las opciones disponibles para ellos bajo las disposiciones de la ACA.
El libro profundiza en cómo la inaccesibilidad de los medicamentos recetados -incluyendo medicamentos como los inhaladores para el asma- puede llevar a que los no asegurados tengan antecedentes penales. Una de las personas entrevistadas por Vargas, a la que llama Nick, se sentía en una “situación de pérdida” por no tener seguro y tener un asma grave.
“Un método de último recurso fue recurrir al robo en tiendas y a la venta de artículos de segunda mano y utilizar los ingresos generados por la actividad delictiva para pagar los inhaladores para el asma en la economía informal”, continuó Vargas. “Eligió la última opción y al final le pillaron y le encarcelaron”.