La comodidad de la bicicleta estática la convirtió en una ganadora durante la pandemia, pero algunos antiguos fans han dejado de hacer ejercicio en casa.

Durante los dos primeros años de la pandemia, Kristi Falzon, que vive en Chicago, utilizó su Peloton todos los días. “Fue un regalo del cielo”, afirma. Podía hacer ejercicio en su habitación entre las reuniones de Zoom sin preocuparse por los gérmenes de los demás.

Pero últimamente la chispa se ha apagado. El mes pasado, Falzon, de 39 años, puso a la venta la bicicleta estática en Facebook Marketplace. Pagó 2,650 dólares por su Peloton y sus accesorios, pero tras un mes de espera de compradores, la vendió a regañadientes por 1,100 dólares.

“Quería venderla antes de que lo hiciera todo el mundo”, dijo. “Cuanto más volvamos a la civilización, más gente empezará a venderlas”.

Peloton, que en su día fue la estrella de los entrenamientos en casa, ha tenido unos meses difíciles, con pérdidas de 439 millones de dólares y el despido del 20% de su plantilla a medida que los usuarios vuelven al gimnasio. Planet Fitness sumó 1.7 millones de nuevos socios en 2021 y abrió 132 nuevos locales, según la empresa. En Crunch, el número de socios en Estados Unidos ha “aumentado un 34% desde los niveles anteriores a Covid”, dijo Jim Rowley, director ejecutivo de Crunch Worldwide.