Las pruebas para un segundo refuerzo son complicadas. Su utilidad y duración dependen de la edad del vacunado y de sus factores de riesgo.
Los estudios israelíes muestran que el aumento de la inmunidad de una cuarta vacuna disminuye rápidamente en cuanto a la prevención de la infección, especialmente con la variante BA.2.
Pero en los adultos mayores, una segunda vacuna de refuerzo puede aumentar la protección contra la enfermedad grave durante más tiempo.
Un estudio publicado este mes en The New England Journal of Medicine descubrió que la protección adicional contra la enfermedad grave en adultos de 60 años o más parecía durar al menos seis semanas después de una cuarta dosis. El beneficio fue mayor en los adultos de 80 años o más.
Todas las vacunas han demostrado ser notablemente resistentes hasta ahora, incluso contra la variante Omicron, que puede eludir las defensas inmunitarias.
Si surge una nueva variante que pueda eludir la inmunidad, todos nosotros -independientemente de cuántas dosis hayamos recibido- podríamos necesitar un nuevo lote de vacunas adaptadas a esa variante.