Los niños japoneses son increíbles. Por regla general, son educados, amistosos y no dejan que sus sentimientos se vuelvan locos. En Japón, rara vez encontrarás a un niño llorando en el supermercado (aunque siempre hay excepciones a la regla).
La relación madre-hijo es estrecha.
En Japón, la conexión entre una madre y su hijo es muy fuerte. Duermen juntos y las madres siempre llevan a sus hijos con ellas; en el pasado, las madres usaban algo parecido a un portabebés.
El vínculo madre-hijo es profundamente emocional: las madres aceptan todo lo que hacen sus hijos, sus hijos son perfectos a sus ojos.
La regla principal dice que antes de que un niño cumpla 5 años, se le permite hacer lo que quiera. Los extranjeros ven esto como permisividad y exceso, pero se equivocan. Este principio les permite a los niños saber que son buenos.
La familia es una de las cosas más significativas.
Como regla general, las madres crían a los niños. Pasan mucho tiempo juntos: los japoneses piensan que los niños no deben ir al jardín de infancia antes de cumplir los 3 años. Los padres no suelen pedir a los abuelos que cuiden a sus hijos y no contratan niñeras.
Pero los niños pasan mucho tiempo con los abuelos y otros parientes. Sus relaciones con los miembros de la familia son realmente cálidas y afectuosas. Las familias están formadas por personas que siempre se apoyarán y protegerán mutuamente.
Prestando atención a las emociones
Para enseñar a un niño a vivir en una sociedad colectiva, es importante enseñarle a “ver” y respetar los sentimientos e intereses de los demás.
Las madres japonesas respetan los sentimientos de sus hijos: no los presionan ni los hacen sentir avergonzados o avergonzados. Les enseñan a comprender las emociones de otras personas e incluso de objetos inanimados. Por ejemplo, si un niño está tratando de romper su auto de juguete, una mamá de Japón dirá: “Pobre auto, va a llorar”. Una mamá europea probablemente te reprenda: “Basta. Es malo.”
Los japoneses no afirman que sus métodos sean los mejores. Hoy, los valores occidentales también influyen en sus tradiciones. Pero los conceptos principales de Japón, como una actitud tranquila y amorosa hacia los niños , no cambian.