Alemania no puede dejar el gas ruso

Alemania no puede dejar el gas ruso

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, la UE ha pagado más de 37,000 millones de dólares por el suministro de energía rusa, de los cuales una gran parte corresponde a la primera economía del bloque, Alemania.

El banco central del país informó de que un embargo del gas ruso haría que en lugar de que la economía alemana crezca un 3% este año, se contraería un 2%, lo que supondría una de las peores recesiones históricas del país.

Hasta la invasión, el 55% del gas importado por Alemania procedía de Rusia, una relación comercial que se remonta a 1970. Pero desde entonces, Alemania se ha vuelto aún más dependiente del gas ruso; al reducir otras fuentes de energía, como la nuclear y el carbón, no creó suficientes alternativas para sustituirlas. Por ello, la interrupción del gas ruso obligaría a parar parte de la producción industrial alemana y dejaría sin trabajo a más de 400,000 personas.

Las empresas alemanas se enfrentarían a su “peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial” si se aplicara un embargo de gas, advirtió Martin Brudermüller, director general del gigante químico BASF.

Europa está tratando de ser creativa para reducir su consumo de energía rusa. Esta semana, la UE dio a conocer un plan denominado “Playing My Part”, en el que se pide a los ciudadanos que opten por el transporte público en lugar de conducir y que trabajen desde casa tres días a la semana.

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