Desde la Gran Recesión, las personas con estudios universitarios han ocupado más puestos de trabajo de primera línea en empresas como Starbucks y Amazon y ahora están ayudando a sindicalizarlos.
En la última década y media, muchos trabajadores jóvenes con estudios universitarios se han enfrentado a una realidad inquietante: que les resultaba más difícil llegar a la clase media que a las generaciones anteriores. Esto ha impulsado cambios en la política del país y ha movilizado a los empleados para exigir un trato más justo en el trabajo.
Los miembros de esta clase trabajadora con estudios universitarios suelen ganar menos dinero del que imaginaban cuando fueron a la escuela. En muchos casos, los trabajadores han soportado periodos de desempleo. Y además se quejan de estar atrapados en trabajos que no aprovechan sus habilidades.
Estas experiencias parecen haber unido a muchos jóvenes trabajadores con estudios universitarios en torno a dos creencias fundamentales: Tienen la sensación de que el gran acuerdo económico que tenían sus padres -ir a la universidad, trabajar duro y disfrutar de un estilo de vida cómodo- ya no se cumple. Y ven en la sindicalización una forma de resucitarla.
El apoyo a los sindicatos entre los graduados universitarios ha aumentado del 55% a finales de los años 90 a cerca del 70% en los últimos años, y es incluso mayor entre los graduados universitarios más jóvenes, según Gallup.
Y eso puede ayudar a explicar el aumento de los trabajadores organizados, ya que las solicitudes de elecciones sindicales han aumentado en más de un 50% con respecto a hace un año.