La administración estableció normas de eficiencia que eliminarán progresivamente la venta de bombillas incandescentes en favor de las LED, lo que con el tiempo reducirá la factura eléctrica de los estadounidenses.

Después de iluminar los hogares y las empresas del país durante más de un siglo, transformando el diseño de los edificios e incluso alargando la jornada laboral, las bombillas incandescentes están finalmente en vías de desaparición.

El gobierno de Biden adoptó dos nuevas normas que establecen estándares de eficiencia energética más estrictos para las bombillas. Estas normas eliminarán progresivamente la venta de la mayoría de las nuevas bombillas incandescentes -los orbes en forma de pera con centros de cables brillantes- en 2023.

Gran parte del país ya está iluminado con luces LED, que, según el Departamento de Energía, duran hasta 50 veces más que las bombillas incandescentes y utilizan una fracción de la electricidad. Este revolucionario cambio ya ha reducido la demanda de electricidad en los hogares estadounidenses, ahorrando dinero a los consumidores y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.