Investigadores ingleses recurren a la tecnología de las vacunas Covid-19 para desarrollar la primera cura contra el infarto.
En un principio, los investigadores del King’s College de Londres administraron mRNA a corazones de cerdo dañados, lo que provocó el crecimiento de nuevas células musculares cardíacas tras un infarto.
Ahora, inspirados por las vacunas de Pfizer y Moderna, están recurriendo a las nanopartículas lipídicas utilizadas en las vacunas Covid-19 para hacer llegar su tratamiento al corazón de forma segura y eficaz.
De los 17.9 millones de personas que se calcula que murieron por enfermedades cardiovasculares en 2019, el 85% falleció por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.