La administración Biden se está preparando para la posibilidad de que 100 millones de estadounidenses se infecten con el coronavirus este otoño e invierno. Esta cifra es inferior a la del número de estadounidenses que se infectaron durante la oleada de Omicron entre diciembre y enero, pero sigue representando aproximadamente el 30% de la población estadounidense.
En caso de que se produzca esta situación, el objetivo de la administración es evitar un aumento de las hospitalizaciones y las muertes. Una forma de lograrlo sería reactivar los mandatos de mascarilla.
La proyección se basa en una serie de modelos externos y supone que un virus de la familia Omicron que evoluciona rápidamente se extenderá por una población con una inmunidad decreciente contra la infección. Muchas personas vacunadas y previamente infectadas contraerán el virus.
Con las perspectivas de una nueva ronda de ayuda de emergencia para el coronavirus que parecen dudosas en el Capitolio, los funcionarios de la administración se reunieron esta semana con senadores clave para presionar su caso. El gobierno de Biden ha solicitado 22,500 millones de dólares en ayuda de emergencia para la pandemia, pero los republicanos han insistido en una cifra mucho menor.
La Casa Blanca está elaborando ahora planes de contingencia sobre cómo proporcionará más vacunas Covid si el Congreso no asigna más dinero para pruebas, terapias y vacunas.