La inflación estadounidense se tomó un respiro el mes pasado por primera vez desde agosto. Los precios siguieron aumentando, pero a un ritmo más lento que en meses anteriores.
El índice de precios al consumo subió un 8.3% en los 12 meses que terminaron en abril, según informó la Oficina de Estadísticas Laborales, ligeramente por encima de lo previsto por los economistas. Se trata de un descenso respecto al 8.5% registrado en marzo, que había sido el nivel más alto en más de 40 años.
Si se excluyen las categorías de productos más volátiles, como los alimentos y la energía, el IPC se situó en el 6.2% durante el mismo periodo, menos que el 6.5% registrado en marzo.
Sólo en abril, los precios aumentaron un 0.3%, menos que el salto del 1.2% registrado en marzo.