La Corte Suprema, que alguna vez fue la rama más confiable del gobierno, ha sido secuestrada por el Partido Republicano para su guerra contra la igualdad y las libertades civiles. Los latinos, que representan casi el 19% de la población estadounidense, son vistos por muchos conservadores como una amenaza. No es de extrañar que el efecto de las sentencias del tribunal recaiga en gran medida sobre los latinos y otras personas de color.
Sus planes de revocar Roe vs. Wade, por ejemplo, perjudicarán de manera desproporcionada a las mujeres de bajos ingresos con tiempo y recursos limitados para viajar a través de los estados para abortar. Las más afectadas serán los millones de mujeres indocumentadas, en su mayoría latinas, que se enfrentan a los puestos de control de la Patrulla Fronteriza. Muchas no viajarán lejos por miedo a la deportación.
Obligar a las latinas a llevar embarazos no deseados las atrapa en la pobreza, donde carecen de fuerza política para resistir su explotación. “Se trata de poder y de control”, dijo Chio Valerio-González, director de organización del grupo de defensa de los latinos Mijente. “Si mantienes a la gente en la pobreza, la mantienes trabajando, la mantienes con la cabeza gacha”.