El temor a una crisis alimentaria mundial aumenta a medida que los ataques rusos a la capacidad de Ucrania para producir y exportar grano han alimentando las acusaciones de que el presidente Vladimir V. Putin está utilizando los alimentos como una nueva y poderosa arma en su guerra.
Los líderes mundiales pidieron el martes una acción internacional para entregar 20 millones de toneladas de grano atrapadas en Ucrania, prediciendo que la alternativa podría ser el hambre en algunos países y la agitación política en otros, en lo que podría ser la repercusión global más grave hasta ahora del asalto de Rusia a su vecino.
La red mundial de distribución de alimentos ya estaba tensionada por las interrupciones relacionadas con la pandemia, y las exportaciones de Ucrania, que normalmente se encuentran entre los mayores proveedores del mundo, han caído en picada debido a la guerra. Rusia se ha apoderado de algunos puertos del Mar Negro y ha bloqueado el resto, atrapando a los buques de carga cargados de maíz, trigo, semillas de girasol, cebada y avena.