Fue en algún momento de la temporada 2012 cuando Alcides Escobar, de los Reales de Kansas City, cogió un frasco de su perfume y roció parte de su contenido sobre Salvador Pérez. Sorprendido, Pérez advirtió a su colega venezolano y amigo íntimo que no se metiera con él, puntuando su emoción con un lenguaje colorido en español.
El béisbol está lleno de tradiciones, supersticiones y rarezas. Pero pocas son tan divertidas o tan aromáticas como la que Pérez, Escobar y otros innumerables jugadores -muchos de ellos latinoamericanos- llevan a cabo a diario: empaparse de colonia o perfume antes de pisar el campo.
“Todos son muy atléticos, fuertes y talentosos para tener éxito en el campo de béisbol”, pero la confianza influye dramáticamente durante la temporada, y si estos chicos que huelen bien o se ven bien en el campo de béisbol hace que se sientan seguros, tal vez eso mejora marginalmente su rendimiento”, dijo el mánager de los Gigantes de San Francisco, Gabe Kapler, de 46 años.