El conjunto de sentimientos negativos asociados al autoconcepto como madre, y que se ocasiona por la sensación de no hacer el papel materno suficientemente bien y, que incluye el descuido de los hijos por la sobrecarga de responsabilidades, es lo que llamamos Síndromes de la mala madre.
Antes, el papel principal de la mujer era educar a los hijos y atender su casa, renunciando a todo lo demás. Por esto, la maternidad todavía se asocia a entrega, incondicionalidad, renuncia y sumisión.
Actualmente, las mujeres participan activamente en el mundo laboral, por lo que su éxito no depende únicamente de su papel de ama de casa, sino también implica ser buena profesional, ser independiente económica y emocionalmente, llevar una vida social activa y cultivar hobbies, sin descuidar su apariencia personal.
Así, las expectativas son muy altas, debido a que es demasiado dispendioso hacer todo esto y sobre todo hacerlo bien. Esto lleva a muchas mujeres a sentirse abrumadas por el exceso de responsabilidades. Hay que tener en cuenta, además, que está implícita la mayor responsabilidad de la mujer en la crianza de los hijos y el cuidado de la casa.
Todo lo anterior nos lleva a pensar que, aunque las funciones de las mujeres han cambiado e incrementado, siguen vigentes las creencias anteriores de lo que implica ser una buena madre.