El presidente Joe Biden dijo que el pueblo estadounidense está “muy, muy deprimido” después de dos años tumultuosos con la pandemia del coronavirus, la volatilidad de la economía y ahora el aumento de los precios de la gasolina que están golpeando los presupuestos familiares. Pero subrayó que la recesión “no es inevitable” y mantuvo la esperanza de dar al país una mayor sensación de confianza.
En una entrevista, el presidente hizo hincapié en la maltrecha economía que heredó y en las persistentes cicatrices psicológicas causadas por una pandemia que alteró el sentido de identidad de la gente.
También dijo que veía motivos para el optimismo con la tasa de desempleo del 3.6% y en la fuerza relativa de Estados Unidos en el mundo.