Los estudios han encontrado una relación entre los niveles bajos de magnesio, un mineral esencial que desempeña un papel crucial en una amplia gama de procesos corporales, y los trastornos del sueño.
El mineral está ampliamente disponible en los alimentos de origen vegetal y animal, y las deficiencias son raras en personas sanas.
Las verduras de hoja verde, los frutos secos, las legumbres y los cereales integrales son buenas fuentes de magnesio; el pescado, el pollo y la carne de vacuno también contienen magnesio. Sin embargo, los adultos mayores y las personas con ciertos trastornos, como la diabetes de tipo 2, las enfermedades gastrointestinales y el alcoholismo, pueden tener cantidades inadecuadas.
“La deficiencia de magnesio se ha asociado a niveles más altos de estrés, ansiedad y dificultad para relajarse, que son ingredientes clave para dormir bien por la noche”, dijo el Dr. Dasgupta.