Se cree que el hospital de Southmead, en Bristol (Inglaterra), es el primero del mundo en implantar un diminuto dispositivo de estimulación cerebral profunda en un cerebro para revertir los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Tony Howells, el primero en recibir el nuevo tratamiento en 2019 como parte de un ensayo, dijo que el impacto era sorprendente. “No puedes entender lo frustrante que es hasta que te pasa. El mero hecho de subirse los cordones de los zapatos es una operación importante… afecta a tu vida diaria sin remedio”. Ahora puede volver a jugar al golf y hacer las cosas mucho más rápido que antes.

La enfermedad de Parkinson provoca temblores involuntarios, lentitud de movimientos y músculos rígidos e inflexibles.

Si el ensayo sigue teniendo éxito, podrían beneficiarse unas 14,000 de las 140,000 personas que viven con Parkinson en el Reino Unido, dijo el neurólogo Dr. Alan Whone.