Las tropas rusas se han retirado de la Isla de la Serpiente, en el Mar Negro, tras los repetidos asaltos de las fuerzas ucranianas, una medida que supone un revés para las fuerzas de Moscú y que posiblemente socava su control sobre las vías vitales de transporte de grano en el Mar Negro.

La retirada se produjo después de los continuos ataques ucranianos -incluso con potentes armas occidentales recién llegadas- que hicieron imposible que las fuerzas rusas mantuvieran la isla, una pequeña mancha de tierra a 20 millas de la costa de Odesa que ha desempeñado un papel destacado a lo largo de la guerra.