El movimiento MeToo continúa haciendo olas. Antes de trabajar en su álbum Renaissance, cuyo lanzamiento está previsto para el 26 de julio, la cantante Beyonce analizó el pasado y el presente de todo su equipo, ya sean productores o artistas. La intérprete incluso se negó a colaborar con dos populares raperos sobre los que hay sospechas de agresión y acoso sexual.
Una firmeza ciertamente ligada a la historia del célebre Noel Fisher. Este productor que trabajó en el tubo Drunk In Love en 2013, fue arrestado en agosto de 2020 luego de ser acusado de violación y agresión sexual. “Beyoncé quedó devastada por la noticia e inmediatamente dejó de trabajar con él. Antes de comprometerse, ahora comprueba la reputación de cada empleado”, escribe un comunicado.
Y para agregar, sin embargo, sin entregar nombres: “Beyoncé se negó a trabajar con dos artistas famosos, aunque solo se trata de sospechas y de que ninguno de los dos fue declarado culpable en la justicia. Ella envía así un fuerte mensaje a la industria del entretenimiento, siguiendo las convicciones del cantante R Kelly y el productor Harvey Weinstein. Quiere dar ejemplo: Cualquier abuso debe ser condenado».