El turbulento mandato de Boris Johnson como Primer Ministro británico llegó a su fin el jueves, después de que una histórica revuelta del partido por una serie de escándalos éticos le obligara a dimitir.
Fue necesaria la dimisión de casi 60 miembros de su gobierno -casi la mitad- para que Johnson abandonara finalmente sus intentos de aferrarse al poder. Incluso después, el Primer Ministro insistió en que continuaría como líder provisional mientras el Partido Conservador inicia el proceso de elección de un sucesor.