Las mudanzas no son muy agradables para todas las personas, y, cuando se hacen en pareja, puede generar conflictos.

Cuando nos vamos a vivir junto con nuestra pareja, llega la emoción por el hecho de vivir en pareja, pero también produce estrés y tensiones.

Una mudanza implica salir del espacio en el que vivimos cómodos y seguros para ir a vivir a un lugar nuevo que genera incertidumbre, pero también esperanza.

Para evitar que la mudanza se vuelva un punto de conflicto, te mostramos lo que no debes de hacer:

IMPONER TU GUSTO

Entre ustedes habrán diferencias en el estilo de la decoración, por lo que es importante llegar a un acuerdo donde prevalezcan los gustos de ambos; así que no trates de imponer tu gusto sin tener en cuenta el de tu pareja.

DESINTERÉS

Cuando muestras desinterés o apatía al momento de elegir la decoración de su nuevo hogar, llegas a herir a tu pareja, ya que mudarse juntos debe ser un proyecto que los llene de ilusión y no es cualquier cosa.

NO ESTABLECER PRIORIDADES

Antes de llenar de cosas el carro de compras, es necesario saber las prioridades de cada uno.

Cada cual tiene en mente algunas cosas que considera imprescindibles para sentirse a gusto y cuales no son tan importantes.

Lleguen a acuerdos porque cada uno debe ceder un poco.